Anoche fui a ver El otro, porque me gusta Julio Chavez.
El tipo parece tener múltiples personalidades pero no.
El tipo parece vivir de viaje, simulando ser otras personas pero no.
El tipo parece un hombre de familia, casado, de 46 o 45 años, normalito pero no.

No les voy a contar la película. A mí me gustó. No es El custodio. Pero me gustó.
Lo que más me llamó la atención fueron las escenas en que se metía en un bar a tomar café y observaba, siempre, en contraste pero no, a un viejo que también tomaba café. Viejos diferentes aunque la situación fuera la misma.
Sólos.

Sólo.
Pienso que el tema de la soledad lo obsesionaba.

Y me quedé pensando que si mi vieja se muere, me queda mi tío que es más un tipo dependiente que una persona que me pueda contener, y me queda mi hermano, que es más un par.
Si, ya sé... hay gente que tiene padres y abuelos y bla y está más sola que yo.
Hay gente que tiene todos los amigos y está más sola que Roberto Carlos con su millón.
Sí, que están los amigos. Que si tenés un compañero o compañera sos un privilegiado. Aunque hasta que tengas eso no sabés el laburo que te espera (laburo-igual-tiempo).
Que estamos re solos. Eso pienso.

Qué bajón, la vida así.

Tan rodeados de gente y tan solos en el tiro del final.

Es así aunque me digan pero no.