En San Vicente
Estos días viajé hasta la Cooperativa de Productores Rurales, de San Vicente. Es increíble cómo el aire del camino te renueva la sangre… Mi amiga Rosalía, me mostró un poquito de todo lo que están armando. Producen y comercializan pollos, verduras, huevos, dulces y quesos. Más allá de que me traje la mitad de la producción, super feliz porque me salió baratísimo (lunita es muy ratona, sepanlon), la propuesta es por demás interesante. En principio, la elaboración sana y sin químicos de productos agropecuarios. En segundo lugar, un temita dando vueltas en torno del consumo responsable, es decir, eso de no comer tanto burger ni mierda extranjera sólo por salir del paso. Se puede salir del paso de otras formas. Mas sanas y más justas. Obviamente la Cooperativa es parte de un proyecto político en el largo plazo. Las consignas que todos los socios acompañan con el cuerpo son Tierra, Trabajo y Cambio Social. Es un poco más complejo y con el tiempo tendré más información concreta pero en resumen (muy) la idea es que la tierra (algo que para los latinoamericanos tiene arraigo cotidiano, social y culturalmente aunque nos quieran meter el verso del primer mundo y bla), decía que la tierra es fuente de vida y riquezas suficientes como para vivir de ella. Que el trabajo sí, dignifica muchachos. Dignifica en un mundo donde los planes se te meten hasta por el dedo del pié y te enseñan a vivir de un amo. Y el Cambio Social, como objetivo final y completo si se quiere. Como aquel punto al que se llega todos los días si se lo busca, y si se lo comparte, y si se coopera, y si se ama, y si...
Más allá de las largas caminatas y bicicleteadas, me jugué un fulbito con los pibes que participan en los talleres de los sábados. También volví al “le declaro la guerra civil y total a…” (¿se acuerdan de ese juego?) y ni hablar del quemado. Quemada quedé yo por los mosquitos, pero me cagué de risa.
Más allá de las largas caminatas y bicicleteadas, me jugué un fulbito con los pibes que participan en los talleres de los sábados. También volví al “le declaro la guerra civil y total a…” (¿se acuerdan de ese juego?) y ni hablar del quemado. Quemada quedé yo por los mosquitos, pero me cagué de risa.
Esto no es sólo anecdótico… Me quedé pensando en las variadas formas que tiene la revolución hoy. Pienso que yo, ratita burguesa, no podría vivir en el campo, como mi amiga que se levanta todos los días a laburar la tierra, sigue un ratito charlando con los campesinos (que a veces tienen sus riñas y diferencias), y los termina proyectando actividades para armar con chicos y adultos los fines de semana. Y pienso que lo bueno de estas épocas, y que es algo que le toca a mi generación, es lo de proyectar esas nuevas formas de hacer la revolución, y trazar el camino.
Quería contarles de San Vicente para que, si les interesa, les escriban de mi parte a trabajadoresrurales@gmail.com, y se coman todas las cosas ricas que ellos hacen. Y los ayuden y los conozcan. Está bueno cruzarse con gente noble de vez en cuando, para no perder las esperanzas. Pero también quería plantear, dejar en el aire al menos lo que estoy masticando y es que: es necesario buscar, y armar el nido propio desde el que construir… y compartirlo. Yo pienso que no es fácil y en esa duda tiendo a frenarme y desanimarme. Alguien me dijo alguna vez, que depende con quién te juntes. Que si te rodeás de gente que busca... bueno... vas a buscar también. Yo estoy algo harta de buscar pero se me ocurre que tal vez no supe cómo y le pifié en el camino. Y a veces el error cuesta muy caro. Entonces insisto y ahora pienso cual será un camino diferente... o cómo busco o cómo encuentro o cómo armo un camino diferente... Porque ya no estamos en los ´70. Y las formas tienen que ser otras.
Hoy estamos de luto porque Neuquén duele y porque Neuquén está acá. Lágrimas que no dejarán de caer porque se llevaron puesto nada menos que a un maestro. Pero del luto todos salimos tarde o temprano (y encima muchos sectores de esta sociedad tienden a salir más temprano que tarde). Pero, se me ocurre, tal vez la mejor forma de salir es, aunque con las alas rotas, también con la cabeza y los ojos bien abiertos. Y las manos en el barro. En ese que es de todos. Para cambiar toda esta mierda, de la forma que sea.
4 Comments:
"...pero del luto todos salimos tarde o temprano..."
(una enorme sonrisa por el movimiento de la mirada)
y si... tampoco es que hay otra posibilidad, je.
Muy buen dato, Lunita.
¿San Vicente provincia de Buenos Aires? ¿Allí hacia el sur de los sures, pasando el final del glorioso ramal Roca?
Lindo paseo debe haber tenido, salvo que haya ido en auto...
Duele, duele y duele, pero siempre me acuerdo de una canción de Raly Barrionuevo, "Ey paisano", te paso unos pedacitos:
"TENGO DOLORES QUE ME QUEMAN Y ME OBLIGAN A NACER…
DÍA A DÍA, DÍA A DÍA."
"MANTÉN LA CALMA SOLO HASTA DONDE DÉ,
RECICLA LA BRONCA Y PROPÓNETE CRECER."
"VUELVE A CAMINAR Y UTILIZA TUS DOLORES COMO NAFTA O GAS."
Fuerza!!
auto?? naaaaaaaaaa, me hice un viajecito de tres horas de ida y tres de vuelta! pero lo necesitaba... viajar no cura heridas pero sí te cambia el aire un rato.
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