Es como cuando te tropezás en el medio de la calle y se te rompe el taco... Enderezás la frente, te pisás el orgullo con el zapato al que sí le queda taco y seguís caminando fresca y con los cabellos al viento...
Es como cuando te tropezás en el medio de la calle y se te rompe el taco... Enderezás la frente, te pisás el orgullo con el zapato al que sí le queda taco y seguís caminando fresca y con los cabellos al viento...
2 Comments:
Juajuj... el mundo es un pelín paradójico.
:-P
Éxitos.
sip... gracias por pasar, andrés!
Mi pregunta sigue siendo si las paradojas no son fatalmente indicadores de no-paradojas.
En relación al título, la paradoja es que no me enamoré caminando. Cosa que más que paradójica resulta previsible. :)
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