Hoy debuté como profe en un colegio secundario. Tengo un curso inquieto y charlatán, por adjetivarlos de alguna forma. Llegué fruncidísima, y les hablé de frente, como par.
Empecé preguntando cuánto sabían de materias anteriores... La conclusión es que poco y nada. En algún punto eso acaricia mi inseguridad. Luego de chamuyar un rato, saqué un par de textos sobre Cuba, se dividieron en cinco grupos y leyeron. Ahí se calmaron. Ahí discutieron y plantearon posiciones. Los veía desde mi pedestal explicándose conceptos, compartiendo opiniones... Después cada grupo dijo lo suyo. En algún momento casi se matan. Y salieron un montón de temas... democracia, libertad, izquierda y derecha, imperio, uba, educación... Nos fuimos por las ramas un rato y para cuando me dí cuenta que otra vez nos estábamos dispersando, faltaban 20 minutos. Les dije que si me escuchaban una última vez, les daba el resto de la hora libre. Son de manual. Pedí que para la próxima averigüen qué es la Política, qué es lo Político. Calladitos tomaron nota.
Desde el frente pude observar a los personajes de siempre. Tenés al fondo a los repetidores, que generalmente son los más quilomberos (y son los que silbaron al ritmo de mis pasos cuando entré al aula por primera vez). Al frente tenés grupos de chicas. A la derecha las que parecen ser las más lindas/piolas (pero bastante laburadoras), a la izquierda el grupo de los que ni pincha ni corta (claro, quién sabe lo que esconderán con su silencio), y al frente tengo un grupo de tragas. Clásicas-tragas-odiadas. Aquella a la que le "gusta el cine Europeo y no el yanki". Aquella que recibe el "boaaa...!" de sus compañeros. Los modelos se repiten, aunque con personalidades diferentes. Todo un mundo nuevo. Con ellos pasaré el 2007 debatiendo acerca de "Problemas Políticos Contemporáneos". Un desafío, por lo menos.